Cuando vamos a un partido de fútbol, tanto profesional como de categoría base, vemos con pasmosa normalidad los insultos e improperios tanto a árbitros y jugadores.
Es más, a día de hoy si vamos a un partido de fútbol y no escuchamos ningún insulto, creo que saldríamos extrañados y hasta catalogaríamos a los aficionados de fríos. Tanto es así, que en ocasiones estamos en la grada y nos causa gracia los insultos o las faltas de respeto que le hacen a los colegiados y jugadores rivales.
La semana pasada pudimos ver por los diferentes noticieros, imágenes lamentables en un partido de fútbol en Brasil, entre el Atlético Paranaense y el Vasco da Gama.
Quizás pensemos que los insultos y gritos sean parte del espectáculo y no pasará de allí, pero me da que los brasileños en este partido también pensaban lo mismo y miren como terminaron dichos insultos.
Creo que nos hemos acostumbrado a los insultos dentro del fútbol y lo vemos como algo normal, en este aspecto nos llevan mucho camino por delante otras disciplinas deportivas, en cuanto a civismo y tolerancia de los cuales deberíamos aprender.
Por lo tanto estimados lectores, es necesario trabajar para erradicar esta violencia que todos los fines de semana se trasladan a los estadios, y una de la mejor forma, es educando en valores a nuestros pequeños, además nosotros los adultos debemos tomar conciencia que en los campos de fútbol INSULTAR NO ES ANIMAR A TÚ EQUIPO, para que el día de mañana el fútbol sea un deporte donde podamos ir a disfrutar tranquilos de un bonito espectáculo.
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