Empezamos la andadura en este pequeño espacio con la firme idea de contribuir en la formación positiva tanto de niños como de padres que dedican parte de su tiempo a la práctica de este bonito deporte que es el fútbol.
No hay mejor premio que el ver disfrutar a nuestros niños haciendo lo que más les gusta, pero en ese proceso de aprendizaje hay muchos factores que pueden desvirtuar las actitudes y personalidades de estos chicos, sin olvidar que el día de mañana serán las personas que pueden cambiar el mundo en el que vivimos.
Este espacio como les comenté en el objetivo del blog no es más que una puerta donde podemos aportar ideas, visiones, ejemplos de actitudes, lo cuales nos ayuden a reflexionar en este proceso contínuo de aprendizaje que estamos compartiendo con nuestros pequeños.
Seguramente han observado algún caso de violencia en algún partido de fútbol base, el 99% es producto de nosotros los padres que por algún motivo perdemos la compostura y sale a flote el monstruo que ni nuestros hijos conocen.
Pues, cuando observamos estos comportamientos agresivos, violentos desde un tercer plano y observando las caritas de los niños con ese miedo en el terreno de juego por los grito e insultos, les aseguro que estamos matando esa ilusión con la que nuestros pequeños van cada fin de semana a los partidos.
Solemos olvidar que nuestro objetivo principal es que ellos sean felices, que aprendan valores, que compartan con otros niños, que las victorias y las derrotas son parte de ese proceso de aprendizaje que están iniciando, por lo tanto, es imprescindible que las conductas nuestras como padres sea la más correcta, que animemos a nuestros niños con educación, que respetemos a los rivales, a la afición rival y a los árbitros.
Quizás nuestros hijos tengan más o menos cualidades para el fútbol, eso en realidad en este proceso es lo que menos importa, si el chico tiene cualidades tendrá su oportunidad de demostrarlo. Lo que en realidad importa, es la educación y los valores que podamos inculcarle para que el día de mañana, bien sea como futbolista, carpintero o la profesión a la que se dedique sea una buena persona, noble, respetuosa y educada.
Creo firmemente que en todos nosotros esta poder hacer de este deporte una escuela, tanto niños como padres asistimos a un aprendizaje continuo, por lo que les animo a disfrutar de nuestros niños, ayudemos a los árbitros, seamos respetuosos con la afición rival, ayudemos a los monitores en su tarea, colaboremos con los clubes y les aseguro que recogerán sus frutos (su hijo feliz disfrutando de su deporte favorito con sus padres y aportándoles herramientas para que el día de mañana sean excelentes personas).
Recordemos que ellos nos ven a los padres como el modelo a seguir, por lo tanto, no podemos permitirnos el lujo de decepcionarles.
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