miércoles, 13 de marzo de 2013

Respetemos al árbitro tanto dentro como fuera del campo de fútbol

En este pequeño artículo hablaremos desde el punto de vista de un árbitro. 

Él es uno más en el campo, en ocasiones tres o cuatro si las circunstancias lo requieren (muchos más si hablamos de competición europea). Deberíamos pasar desapercibidos pero no es así, somos los más odiados del terreno de juego, somos los más faltados al respeto, somos los árbitros.

No es raro ver a un jugador en categorías inferiores tratando de engañar al árbitro o faltándole al respeto y no es raro, porque imitan lo que ven hacer a sus estrellas semana tras semana en la televisión.

El árbitro se equivoca, es una frase muy utilizada por nosotros, pero es la que mejor define nuestra situación, somos humanos y por ello nos equivocamos al igual que todos los jugadores, entrenadores y demás personas relacionadas con el mundo del fútbol. Lo malo es que en ocasiones se toma el error del árbitro por intencionado y eso si que es un error. Cualquier árbitro hace lo posible por acertar en sus decisiones, por aplicar una justicia justa, en definitiva, intenta realizar lo más correctamente posible su función.

El futbolista necesita comprender que al igual que él se equivoca dando un pase, el árbitro puede no ver que el balón ha salido completamente o que un jugador le ha dado a la pierna y no al balón e igual con el entrenador que pueda equivocarse al plantear una táctica errónea para un partido. Estoy seguro de que nadie acusaría a un jugador de hacer un mal partido intencionadamente, pero si lo hacen con un colegiado, y eso se debe corregir desde arriba, desde la élite, para que los niños tomen ejemplo de ello.

Otro problema al que se enfrenta un árbitro son los padres. Parece que existe una obsesión por parte de los padres de tener una estrella futbolística en casa y eso perjudica a todos. Perjudica al niño que se siente presionado y no disfruta del fútbol, perjudica al entrenador que no es capaz de llevar el equipo ya que el padre le da instrucciones diferentes al niño y perjudica al árbitro al que se le acusa de cualquier fallo y los insultos que ello conlleva y que no quiero mencionar en el presente articulo.

No somos un amigo, tampoco somos el enemigo, somos las personas que intentamos impartir justicia y al igual que cualquier ser humano acertamos y nos equivocamos, pero queremos disfrutar en cada partido en el cual participamos.

Vamos a contribuir todos en difundir el respeto en todos los ámbitos, jugadores, aficiones, entrenadores, padres y árbitros. Si todos ponemos de nuestra parte podemos disfrutar plenamente del deporte rey.
fragmentos sacados de futbolenpositivo.com


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